Pasea por la bella Plaza Mayor, ubicada en el centro de Trinidad, para conocer la historia de esta ciudad fascinante. Observa las estructuras de principios del siglo XIX que tienen baldosas de terracota en la parte alta y conoce sus historias relacionadas con el pasado de la ciudad, donde se producía azúcar con ayuda del trabajo forzado de los esclavos.
Párate en la parte baja de esta plaza ligeramente inclinada para ver las palmeras y los diferentes jardines. En la parte más alta de la pendiente se encuentra la fachada de color amarillo claro de la Iglesia Parroquial de la Santísima Trinidad, que es edificio más destacado de la ciudad. Contempla la arquitectura de estilo neoclásico griego y cruza uno de los tres grandes arcos para entrar a la iglesia. Aquí puedes ver la estatua de madera del Señor de la Vera Cruz, que tiene un sitio de honor.
Mira hacia todos lados para disfrutar el paisaje de todos los edificios impresionantes de colores. Junto a la iglesia se encuentra la fachada de color amarillo brillante del Museo Romántico, ubicado en el Palacio Brunet. Aquí puedes ver muebles y reliquias de la época más próspera de la región.
Visita el edificio de color azul brillante del Museo de Arquitectura Colonial, ubicado en una villa que solía pertenecer a la familia Iznaga, quienes administraban la gran plantación de azúcar ubicada al este de la ciudad. El edificio neoclásico del Palacio Cantero es la sede del Museo Histórico Municipal, donde puedes ver decoraciones aun más lujosas, como estatuas de mármol, objetos de porcelana, cristalería y cordones finos.
Desde la plaza, puedes ver la bella fachada de color amarillo del Convento de San Francisco de Asís, que está decorado con bordes de color verde pastel. Camina una cuadra para llegar al convento, y sube los escalones del campanario de varios niveles para disfrutar el paisaje de Trinidad y las colinas verdes que están más allá de la ciudad.
Trinidad y el vecino Valle de los Ingenios recibieron la designación como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco, en gran parte gracias a los edificios bellamente conservados que rodean la Plaza Mayor. Visita esta hermosa plaza y conoce lo relacionado con la época de producción de azúcar en la región, entre el siglo XVIII y XIX, que dio pie a la magnífica arquitectura de la ciudad.