El hotel hermoso. Los meseros en las albercas y en la playa muy amables y el chico Andy que nos subió las maletas al cuarto un encanto.
Lo peor y lo más decepcionante fue el servicio de la gente del lobby o front desk, la mayoría groseros y déspotas, tanto al hacer el check in como en el check out.
Había otra mini recepción frente al bar, ellos también muy amables pero particularmente los que te dan la habitación, terrible servicio, cero amables y cero empáticos. Deberían de ser más cálidos con el huésped, una porque el hotel no es nada barato pero aún costando lo que fuese, la amabilidad debe siempre de predominar. Me decepcionó mucho su actitud.