La ciudad de La Rochelle, que data del siglo X, siempre se focalizó en el mar. Originalmente una aldea de pescadores, La Rochelle se convirtió en uno de los puertos más importantes de Francia y, desde aquí, partieron los primeros pobladores franceses a Quebec. Descubre el pasado marítimo de La Rochelle en sus museos, observa la gran estructura de su Puerto Viejo y refresca tus pies en una de las diversas playas de la bahía de Biscay.
Comienza tu recorrido en el Puerto Viejo, donde encontrarás las dos torres que conforman el paisaje más emblemático de La Rochelle. La torre Tour de la Lanterne vigila el puerto y tiene un chapitel de 21 metros (70 pies) de altura. Sube a lo alto para disfrutar de la vista de la ciudad y la isla Île de Ré Bridge, al norte. La torre Tour de la Chaîne, al oeste, también ofrece una maravillosa vista desde lo alto. La torre Tour Saint-Nicolas, una tercera torre idéntica a la torre Tour de la Chaîne, se encuentra bastante más al oeste.
Disfruta del agua de la playa Concurrence, una pequeña línea de arena al oeste del Puerto Viejo. La extensa playa des Minimes se encuentra al sur de la ciudad.
Dirígete al puerto para visitar el Museo Marítimo. Consta de ocho barcos históricos que flotan sobre el agua. Puedes pagar una entrada para subirte a tres de ellos y explorarlos. Conoce la historia de las aguas que rodean a la ciudad en el Acuario de La Rochelle. Distribuido a lo largo de los tres pisos del edificio, encontrarás un tanque de tiburones gigante, con tiburones nodriza y de arrecife, entre otros.
Los demás museos de la ciudad incluyen el Museo de Historia Natural, con una gran variedad de fósiles marinos, y el Museo de Autómatas, que expone más de 300 figurines animados. Visita el Museo de Bellas Artes para ver una amplia colección de arte europeo con énfasis en los pintores realistas franceses del área de La Rochelle.
Recorre la pequeña ciudad de La Rochelle a pie y en autobús. Para llegar a la ciudad, puedes utilizar su aeropuerto regional, que recibe vuelos de líneas aéreas accesibles desde muchas ciudades de Europa. Aunque lo más recomendable es ingresar a la ciudad a bordo de un ferry.