Bien ubicado y prolijo.
Lo que no nos gustó fue el servicio y la actitud anti-turista.
Primero - Inventan una tasa que en realidad es la comisión de Orbitz. O sea, la comisión que Orbitz les cobra, se la terminan cobrando al cliente y lo peor fue que lo hicieron a nuestra llegada, sabiendo que al otro día cerrarían el gimnasio y piscina debido a la emergencia sanitaria que se esta viviendo. Entendemos que no era lógico cobrar ese extra (que es bastante caro) cuando no pudimos utilizar nada. Segundo - la habitación no estaba preparada al llegar.
Tercero - Te cobran el agua caliente, cuando se sabe que mucho del turismo de Brasil proviene de Argentina y Uruguay y que nuestro desayuno siempre va acomañado del mate. Por un tema cultural no deberían cobrar algo que para nosotros es de primera necesidad..es 1 termo de agua caliente!!
Y el remate fue que nos sentimos discriminados ya que habían huespedes de primera y de segunda. A nosotros nos negaron las sombrillas, diciendo que era por la emergencia sanitaria, y despues vimos a varias sombrillas del hotel en la playa, mientras que nosotros pagamos por otras.
La verdad que decepcionante